Por otra parte no hay ninguna canción, que yo sepa, que diga que "para ser un recuerdo habrá que ser un reloco". Y tampoco es mentira, y es verdad, y ¡es verdad! Tiene sentido romántico aquí la palabra recuerdo y es ese hombre de los cuadros de Velázquez que ha aguantado en la puerta de la taberna catorce siglos y aún más, con arrugas en la cara, los mismos surcos y bellos rertorcimientos del tronco de los olivos que veía en verano anochecer con tres tragos de vino junto al resto de parroquianos duros y silenciosos, y que no existen más, hoy, en este plastificado siglo XXI, donde hay tanto ombligos y tan pocas arrugas como surcos. Este recuerdo es artesanal, único y parecido a los demás. Pero no en serie.
miércoles, 25 de abril de 2012
PARA (NO) SER UN RECUERDO HABRÁ QUE SER UN RELOCO
Por otra parte no hay ninguna canción, que yo sepa, que diga que "para ser un recuerdo habrá que ser un reloco". Y tampoco es mentira, y es verdad, y ¡es verdad! Tiene sentido romántico aquí la palabra recuerdo y es ese hombre de los cuadros de Velázquez que ha aguantado en la puerta de la taberna catorce siglos y aún más, con arrugas en la cara, los mismos surcos y bellos rertorcimientos del tronco de los olivos que veía en verano anochecer con tres tragos de vino junto al resto de parroquianos duros y silenciosos, y que no existen más, hoy, en este plastificado siglo XXI, donde hay tanto ombligos y tan pocas arrugas como surcos. Este recuerdo es artesanal, único y parecido a los demás. Pero no en serie.
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