viernes, 11 de julio de 2014

PELÍCULA 05 CORAZONES DE HIERRO (CASUALTIES OF WAR)

          

          "Trabajar contigo no ha sido un placer, pero ha sido un privilegio", es lo que puso en una nota, tras el rodaje, Michael J. Fox a Sean Penn.

          Hay una cosa que comparten los actores jóvenes de esta película, Platoon y la maravilla monstruosa e insuperable Apocalypsis Now: para todos fueron experiencias catárticas, que les marcaron para siempre, que los roles de los soldados, saltaron la valla de la ficción y se colaron en sus propias vidas. Antes de la película, cuenta Michael J. Fox en una entrevista, quedaron varias veces Sean Penn y él, a comer, a conocerse, a "hacer migas", sin embargo, fue empezar el rodaje y por lo visto Penn comenzó a aislarse, a marcar una línea entre él y los demás.

          En un podium de pelis de Vietnam Corazones de hierro quedaría tercera, Platoon segunda y Apocalipsis Now la primera, pero muy por encima de las otras dos, aunque las otras dos sean también buenas películas.

          Pero hablemos de Corazones de hierro: el principio es lo peor, la selva parece un escenario de teatro, es una sensación mala que a punto estuvo de costarle que sacara el cedé del ordenador, pero me caen bien Penn y Fox, y sólo por tenerlos ahi en la pantalla, uno con su cara de loco reptil y el otro de dulce pimpín, me quedé, les dejé que siguieran y demostrarán, después sí, su credibilidad de soldados de guerra del Vietnam.

          Es cierto que Sean Penn tuerce a veces el gesto, en una exagerada impostura, pero ya digo, será que me cae bien, fui indulgente en el visionado y me gustó, de hecho la única crueldad verosímil en la peli, es la suya, porque John C. Reilly no ha de mostrar crueldad, hace de imbécil vacuo, de chupaculos, y actúa bien, ya se ve el gran actor que vendrá después, y es que fue un acierto del director (B. de Palma) no darle la oportunidad de hacer de malvado (aunque su comportamiento sí, no su foma, manera, estilo de ser), si le hubiera dado carta blanca para pasear su perversidad, el rostro que tiene anularía en parte el rostro vil y autoritario de Penn, que es el arquetipo, aunque sea un poco inconscientemente, "Tiene 20 años, por Dios", le dijo el capitán Hill al pardillo (o no tanto) de Eriksson (Fox).
          Los demás están bien, pero son éstos los que se salen. Más la actriz que hace de aldeana vietnamita, por supuesto, Thuy Thu Le, asombroso papel, que le da muchos puntos a la película, la realza, la eleva dándole una verdad que si bien Penn y Fox, van avivándola según avanzan los minutos, es ella la que redondea la película para que se le considere una "película necesaria".

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