martes, 25 de febrero de 2014

OPERACIÓN DE LA T.I.A. EN EL PALACE

          

          En un primer momento uno piensa: "este Évole es un artista, lo que ha hecho"; pero cuando reflexionas ves la trampa. Si estás en contra de la Operación Palace, eres un facha; si estás a favor eres güay del paraguay. No sé, ahora me parece un intento más de colgarnos a los españoles (Dios, España me duele) el toro, la folclórica y la sangría, como el chiquilicuatre en Eurovisión, Eurocoñazo.

          Lo mejor son las justificaciones y el debate posterior de Gabilondo, Garbiñe Biurrun y Eduardo Serra. Le pregunta Évole a Serra si está de acuerdo en que la constitución se cambie para poder hacer un referéndum en Cataluña. Serra contesta que también se puede hacer un referéndum en Castelldefels, y aunque lo intenta disimular, al periodista se le ve la tensión en la cara. Es decir que con unas cosas (23-F) se pueden hacer bromas, pero el referéndum, lo nacionalista es sagrado, digno de la más alta solemnidad. ¿En qué quedamos? Y luego Gabilondo sin ser claro, dice que hay que cambiar la constitución, pero ¿cómo? ¿el qué? ¿Federalismo? Pero a ver, que no me entero: ¿LOS NACIONALISTAS QUIEREN FEDERALISMO? (Y esto no quiere decir que uno esté de acuerdo con la última reforma).

          "Sé que en este momento habrá espectadores contentos con lo que han visto, porque lo habrán pasado bien, y otros que se sentirán engañados y me querrán matar", afirma Jordi Évole. Pues no, es que no es eso. Es que los símbolos son sagrados o son ídolos con pies de barro, pero en España, en Cataluña y en Castelldefels, por ejemplo. Aparte de que en ese comentario se está descubriendo él solo: si te lo has pasado bien, eres una persona serena, inteligente incluso, tolerante. Si no te ha gustado, me quieres matar, te caigo mal, eres cerril. Pues no, Jordi Évole, ni una cosa ni la otra. Sí veo una intrepidez en lo que has hecho, sobre todo cuando vieses la audiencia que tuvo tu Operación Palace, y te sonrieras (o tal vez no te sonrieras). Pero también se deja entrever un "yo soy más listo que nadie". Como todavía no se sabe todo lo que de verdad ocurrió, por aspectos que no han dado a conocer, pues vamos a hacer una ficción que parece más verdad que la verdad, jugando con tópicos. No olvidemos que anunció durante más de una semana su programa, lleno de misterio; jugada redonda, pues mucha gente (entre la que me incluyo) queremos saber la verdad. Buen provecho, sí señor.

          Seguiré viendo el programa, pero me parece que hay que ser más honesto, y pensar si algo así se podría haber hecho con otros temas. Caricaturizando por ejemplo a esos nietos de andaluces que se creen las pamplinas que se cuentan sobre 1714 en la Historia de Cataluña; si quedarían tan bien como tú (periodista ingenioso; sin acritud, lo has demostrado), o como un asqueroso fascista.
   

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