"[...] Mozart era generoso en alabanzas con aquellos que lo merecían, pero sentía un profundo desprecio por la mediocridad insolente [...]".
La mediocridad insolente. La insolencia mediocre. Da igual cuál sea el sustantivo y cual el adjetivo. Esta unión es un peligro, por todo lo que se deriva después. Ser mediocre y no alardear, vale. Pero ser mediocre y dar el coñazo para tener fama entre:
la familia (te quieren, te aguantan);
los amigos (te quieren (algunos), te aguantan (algunos));
el círculo de desarrollo personal (NO te quieren, NO te aguantan) y
los mass media (depende la puerta roja de la fama por la que entres, serás odiado y envidiado por igual).
Pues ser mediocre para agradar a toda esta gente es el colmo de la insolencia.
Ramiro Calle en una entrevista dice (digo dice y no dijo porque me pongo la entrevista siempre que quiero, y lo dice siempre en presente, y lo que dice Ramiro Calle es sentencia) que al sol no le hace falta publicidad para brillar. Pues eso.
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